https://soundcloud.com/stgo90-hardcore/snd-juicio-final
Aunque no la grabamos hasta el 1996, “Juicio Final”, junto a la gran parte del repertorio de la banda SND (Sin Nombre Definido, anteriormente conocida como Octopus), fue escrita durante el año 1995.
Han pasado veinte-tres años, pero hasta el día de hoy vivimos con las consecuencias de eventos
ocurridos en 1995. Fue un año ajetreado y lleno de violencia. Batallas en múltiples frentes continuaban en los territorios que habían formado parte de la República Yugoslava y actos de terrorismo como el del militante de ultraderecha Timothy McVeigh que detonó una bomba en un edificio de oficinas federales en el estado de Oklahoma en los EEUU, el ataque con gas sarín en el metro de Tokio a manos del culto apocalíptico Aum Shinrikyo, y el asesinato de Yitzhak Rabin por parte de un Judío Ortodoxo de ultraderecha, marcaron el año 1995 como uno particularmente violento. También en 1995, a pesar de protestas internacionales, el gobierno de Francia condujo dos pruebas nucleares en el atolón Moruroa en la Polinesia Francesa. Recordándonos a todos que algunos poseen los medios, sólo falta la voluntad, para autodestruirnos de forma definitiva.
En Chile, el 1995 marcaba el quinto año desde el retorno a la democracia y decir que muchos estábamos desilusionados con la promesa de la transición democrática es decir poco. El presidente de turno era Eduardo Frei cuya administración se desarrolló como una simple continuación y fortalecimiento del sistema neoliberal heredado de la dictadura y sus Chicago Boys. Los pobres seguían pobres, y los ricos se siguieron haciendo cada vez más ricos. Y la justicia, en el ámbito de los DDHH, seguía andando a pasos de caracol. El ex-dictador seguía a cargo del “Ejército de Chile” y continuaba haciendo declaraciones públicas inflamatorias con fin de justificar la violencia y brutalidad de su régimen. Su presencia era un insulto a los muertos y a los sobrevivientes de su supuesta guerra contra el Marxismo y servía para recordarnos a todos que su “Ejército de Chile” no se refería a todos los chilenos, sólo a los que estaban dispuestos a marchar bajo su bandera. A mediados del año, el ex-comandante de la DINA, Manuel Contreras, es condenado a 14 años de prisión por la justicia italiana por su rol en el atentado en contra del ex-ministro y parlamentario Bernardo Leighton y su esposa, pero Chile se niega a extraditar. Ni paz, ni justicia.
Para quienes aprecian la paz, la justicia y la defensa de los derechos humanos 1995 no fue un buen año y tanto las letras como la urgencia de “Juicio Final” me parece que son un reflejo de ello. Pero es un sentido de urgencia marcada por los intereses de la adolescencia. El narrador quiere pasarla bien
mientras todo se quema a su alrededor. Hedonismo puro.
Aunque no existió por mucho tiempo y no creo que sea de mucha relevancia a estas alturas,
SND/Octopus tuvo el privilegio de haberse formado y de haber existido al mismo tiempo que otras
bandas que jugaron un rol mucho más clave en el desarrollo de una escena hardcore punk en la ciudad de Santiago.
Formada en gran parte por alumnos del Liceo Alemán de Santiago (Se Kyu Choi – guitarra, Jaime
Martínez – bajo, y yo en la voz), en ese entonces ubicado en el barrio Bellavista, la banda fue nuestro
primer esfuerzo por componer y tocar nuestras propias canciones. Desde un principio, Se Kyu y yo
formamos el núcleo compositor. Se Kyu componía la mayoría de las canciones, de principio a fin, en
guitarra y yo contribuía las letras.
En 1995, los tres integrantes originales teníamos menos de 18 años, excepto por nuestro baterista (y verdadero motor movilizador de la banda) Daniel “Bonsai” Saavedra. Daniel, a quien encontramos mediante un aviso, encajaba perfectamente con nuestras aspiraciones (tocar, tocar, tocar) e influencias (desde Minor Threat y Bad Religion hasta Red Hot Chili Peppers, Primus y Fugazi). Pero también fue Daniel quien nos introdujo a la comunidad de bandas y escritores de fanzines que comenzaban a dar tímidos pasos en la creación de algo aparte de una escena punk reconocida por su apatía, nihilismo y violencia. Y fueron esas bandas, BBS Paranoicos, Silencio Absoluto, Alternocidio, Distrubio Menor, Justicia Final y REO, quienes fueron nuestros colaboradores, aliados, y
amigos. Estas bandas, particularmente sus actuaciones en vivo ya que no había muchas grabaciones aún (excluyendo las de los BBS), nos influenciaron a tocar mejor, con más fuerza y con más velocidad.
“Juicio Final” no es una canción compleja ni muy memorable, el coro es casi incomprensible, y sus
influencias son bastante obvias (Bad Religion). Aun así, tenía la distinción de ser una de las canciones más rápidas de nuestro repertorio, tanto así que me costaba bastante mantener el tiempo con las letras y modular palabras completas. En cuanto a la narrativa, es esencialmente la experiencia de alguien similar a uno, en este contexto un adolescente, narrando que es lo que va a hacer con su ultimo día en la tierra porque piensa que el mundo se va a acabar. Quizás la inclusión de tantas palabras dentro de la melodía se manifestó como una reacción subconsciente a la paranoia que involucra pensar que el mundo está por acabarse.
En 1995, con todo lo que estaba ocurriendo, es probable que mucha gente pensó que el fin del mundo se comenzaba a asomar. Por lo menos así lo fue para quienes murieron en las luchas nacionalistas entre los nuevos países de la ex – República Yugoslava, en Tokio, en Oklahoma, y todas las vidas que se perdieron durante los meses que siguieron después del quiebre del acuerdo de Oslo.
SND/Octopus como banda no duró mucho tiempo. En total habremos tocado en vivo menos de 10
veces, incluyendo un viaje a Argentina, durante un periodo de dos años. Después de la primera y última grabación profesional que realizamos nos separamos cuando un día Se Kyu y yo llegamos a la casa de Daniel, listos para ensayar, y se nos informó que Daniel se había ido a la playa sin avisarnos. Lucas Tripodi, el nueva bajista que había reemplazado a nuestro amigo Jaime (y que tocó el bajo en esta grabación), tampoco se hizo presente. Y así se acabó… sin pelea, sin drama, sin que siquiera
intercambiáramos muchas palabras. Poco después Se Kyu y yo nos reuniríamos con nuestro amigo Jaime y comenzaríamos un nuevo proyecto. Esta vez más rápido… más pesado… más ruidoso… más enojado.
Joao M. Da Silva – Noviembre 2018