Quizás, de todas las bandas consideradas de la segunda generación de esta historia y, precisamente, de todas aquellas que tocaron en el primer encuentro hardcore, Alternocidio, es sin lugar a dudas el secreto mejor guardado, y quizás el eslabón perdido que conectaba al sonido más melódico y la cultura del skateboard.
Sus shows, siempre fueron marcados con un grado de idiotez, mal humor e intensidad a prueba. Pero también fueron mal entendidos por audiencias un poco excluyentes que no veían apropiado vincular esta subcultura con las prácticas de deportes urbanos (como es el BMX y el Skateboard) por considerarse actividades que aparentemente no eran transversales al amplio segmento sociocultural. Pero nadie recordaba en esos momentos que pavimento hay en todos lados. Hoy el tiempo dio la razón, me atrevería a decir que hay más Skaters en Cerro Navia, que en Lo Barnechea.
Alternocidio, en sus primeros días hacían sentir que estabas frente a una versión local de Gorilla Biscuits o Dag Nasty, mezclada con la intención indolente de 4 adolescentes a los cuales -hasta el día de hoy- no les importa mucho qué es lo que piensen o crean de ellos. Esto además de las constantes alusiones a las bandas de Crust-core extremo, que solo un grupo selecto de personas podía, en ese contexto, entender y reírse de lo que estaban escuchando.
Soy un creyente de que su único reléase, el Split- Cassette con Nos independencia no hace justicia a la intensidad de sus shows y cruchs de guitarras disonantes que hoy, al escucharlas pones en duda si se trataba de una ejecución errada o bien la determinación de que así sonara, al más estilo de Greg Ginn de Black Flag. Pero, como todos en esos días, estábamos aprendiendo a hacer algo sin ningún referente cercano, menos técnico y con algunas cuantas nociones estéticas de lo que queríamos plasmar. Alternocidio sin duda, pero con súbito desconocimiento, son la primera respuesta de la gran cantidad de bandas melódicas que se gestaron en los años posteriores, pero que sin duda tenían un poco vinculación con ellos.
Quizás en estos días serían considerada una banda ofensiva, políticamente incorrecta, hasta misógina por tener un texto que hablaba de la masturbación. Pero por sobre todas las cosas exponían el rechazo a las modas pasajeras y a la música “alternativa”, las tendencias “juveniles” corporativas y al apoderamiento sub-cultural por los grandes negocios.
No todas las ideas aplican para todos los tiempos. Alternocidio representaba y representa la vanguardia austera a la que no le importaba lo que dicen, que no compra lo que la vida espectacular y las tendencias del marketing digital te estén tratando de vender.
Que no te importe lo que venden, que te importe lo que compras.
– Jero
De la mano de Guaro nos llegaron estos audios, en gran parte inéditos. Los ponemos a su disposición para que los escuchen, los bajen y, si quieren, se los coman al desayuno.
Alternocidio 1995-1997 fue:
Chano en voz.
Durán al bajo.
Guaro a la guitarra.
Dennis, Andrew o Andrés a la batería.