por Guaro

Recuerdo haber leído hace unos años al bajista de Hard Ons instalando la inquietud: does humor belongs in punk? (¿Pertenece el humor al punk?), creo que haciendo alusión a lo serio y fome que se habían puesto ciertas corrientes del género.

Es cierto, algunas cosas daban lata, a mí al menos, tanto weón apuntando con el dedo, tanto weón más correcto que el de al lado. Hubo incluso una época en que si no eras “dramático” conceptualmente en las letras, de una vez eras tildado de liviano, hueco, burgués o simplemente no digno de ser “punk”. Era como tener otro paco más atento a que pisaras el cordel.

Yo, en cambio, buscaba todo lo que tiene una buena banda punk o hardcore, pero también quería pasarlo bien. “No hay nada más punk que ser feliz”, alguien dijo por ahí alguna vez, creo, o quizás lo inventé. Qué importa si un pendejo de 15 años no se ha leído algún texto de Bakunin aún, a los 15 años es responsable de pasarlo bien y no preocuparse de tantas webadas.

Es así que durante estos días de Combustión, buscando cosas del pasado, es que hemos encontrado material realmente increíble, incluso para quién no estuvo ahí o ni siquiera le interesa. He vuelto a “pasarlo bien” con el hardcore. He revivido muchos recuerdos de esa época y lo más increíble es poder compartirlos con el resto del staff de Combustión.

Hace tiempo que no me cagaba tanto de la risa. Al parecer el tiempo nos ha hecho mantener el espíritu y no ser tan graves cuando no es necesario serlo. Y, creanme, creo que conocemos todos los clichés del hardcore para arriba y para abajo. Muchas cosas me han hecho mear de risa, pero ninguna como las que me hicieron presentarles esta semana.

Sin mas vendida de pomada dejo con uds. “los botones” de la vieja escuela del Santiago hardcore.

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